Algo lejos quedan ya, en nuestra sociedad occidental, las largas luchas y esfuerzos para humanizar cada vez más el entorno laboral y las condiciones de los trabajadores, y comenzar a reconocer poco a poco el valor de las personas en las organizaciones empresariales.
Sin embargo tras esa afirmación tan categórica como muchas veces hueca hay un tremendo vacío de desarrollo e ideas secundarias; es una idea muy bonita que todo empresario o responsable de personal se ve en la obligación a repetir, pero no por ello se ve en la necesidad de llevarlo de manera coherente en sus políticas o estrategias.
Con la crisis que nos está azotando, vemos que todos estos enunciados han sido demasiado sobreexplotados y ahora más que nunca olvidados, volviendo a hacer decrecer el valor de este activo tan significativo.
Con todo creemos firmemente y consideramos fundamental el valor de las personas como parte más importante y fundamental de la empresa.
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